Aunque existen varios tipos de virtualización todos ellos comparten el mismo principio: dividir un recurso tecnológico físico en dos o más virtuales, o bien agruparlos en uno solo. Esto permite maximizar el potencial del hardware sin incurrir en gastos excesivos, así como economizar espacio y simplificar las rutinas de mantenimiento. A continuación algunos ejemplos de virtualización.
La virtualización de almacenamiento es aquella en la que se combinan múltiples recursos de almacenamiento en red para que se comporten como si fueran uno solo. Es decir, es posible combinar espacios de diferentes discos duros conectados mediante una red y hacer que se comporten como uno solo, lo que hace más eficiente su manejo.
Esta solución permite maximizar el ancho de banda disponible para conectarse a Internet. Es posible dividirlo en canales independientes que pueden ser asignados a servidores o dispositivos específicos. Un buen ejemplo de esto puede ser asignar un pequeño porcentaje del ancho de banda disponible a los ordenadores de los empleados, mientras que la mayor parte se destina a los usos críticos para la empresa. Esto evita que las actividades personales de los empleados, como ver videos en YouTube, haga lentos los procesos realmente importantes.
Esta virtualización permite separar las aplicaciones del hardware y el sistema operativo en un contenedor diferente, el cual puede ser trasladado sin que esto implique interrumpir otros procesos.
La virtualización de escritorio permite administrar varios escritorios personalizados desde un servidor central. La experiencia del usuario es igual a la que tendría en un ordenador de escritorio físico, pero todo se ejecuta realmente desde un único servidor. Esta solución favorece el trabajo colaborativo y la gestión del conocimiento.
Si crees que alguno de estos tipos de virtualización puede ser útil para tu negocio en Tecnoderecho Sistemas te brindarán la asesoría que necesitas para implementarlos.
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