En este blog tratamos cuestiones tecnológicas orientadas a la empresa española, pero creemos que es importante reafirmar los conceptos que deben tener en cuenta toda empresa del siglo XXI a la hora de ejercer su negocio. Nos referimos, por supuesto, a la presencia notoria en Internet. Es evidente que todos los sectores compiten hoy en día a nivel cibernético, y deben ofrecer de la mejor manera posible sus servicios y productos a través de la red.
Para ese propósito se suelen construir webs corporativas que informan al cliente de todas las ventajas de contratar con esa empresa, en favor de hacerlo con cualquier otra del mismo nicho de negocio. Pero para comunicar correctamente el mensaje, es imprescindible tener una base sólida de oyentes. Es decir, que la posibilidad de ser encontrado en Internet por un usuario común sea bastante alta. En ese objetivo destaca por encima del resto de las tareas el posicionamiento SEO. Tener una página web posicionada en los primeros lugares de la lista de resultados de Google por las palabras clave específicas de su negocio significa aumentar las visitas exponencialmente, recibir mayor atención e interés por parte del público, y finalmente, convertir todo ese tráfico en beneficios por nuevos clientes.
El problema en esas situaciones suele ser el mismo: todas las empresas, sin excepción, quieren ver sus sitios webs en las primeras posiciones, pero la mayor parte de ellas deciden invertir una nimiedad en conseguirlo. El poder de tener una página web destacada bajo una serie de términos de búsqueda en Internet es enorme, pero poco persiguen gastarse la cantidad adecuada para conseguirlo.
Es importante destacar en este aspecto que el coste de una campaña SEO o de publicidad SEM es muy bajo en proporción a los beneficios que puede reportar, pero también hay que aclarar que son tareas largas, complejas y de carácter largoplacista. Por ello no conviene desesperar si no se obtienen resultados durante las primeras semanas de la inversión. Dependiendo de la competencia en Internet por el sector, la tarea puede ser más o menos costosa. En cualquiera de los casos, si los beneficios obtenidos por las ventas debidos a la mayor visibilidad de la web superan los gastos de promoción y posicionamiento, es evidente que la decisión es acertada y conviene seguir apostando por ello.
En conclusión, para captar más la atención de los clientes es necesario tener una buena estrategia de posicionamiento que cubra todos los frentes (posicionamiento natural, SEM o marketing online y redes sociales). Con la combinación de los 3 factores sin duda pueden aumentarse las visitas y la visibilidad de su empresa. Otra cuestión es el desarrollo de la web, que debe tener un diseño adecuado para producir buenos ratios de conversión (contactos recibidos, llamadas, formularios o ventas de productos online), sino el esfuerzo por posicionarla habrá sido en balde.
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