A partir de la compra de Instagram por parte de Facebook, con la integración de servicios entre las 2 redes sociales que ello conlleva, esta plataforma de compartición de fotografías entre usuarios se ha erigido como una nueva ventana de comunicación con los usuarios para las empresas dedicadas a vender sus productos y servicios por Internet.
No conviene olvidar que Instagram es la red social de moda, con un total de más de 200 millones de usuarios registrados, gran cantidad de ellos son activos casi diariamente, lo que supone un nicho de mercado enorme y una plataforma de lanzamiento con una audiencia potencial brutal. Todas estas características hacen que numerosas marcas y compañías hayan instalado sus perfiles de empresa en Instagram, y suban con regularidad fotografías que ilustran sus productos y hacen más llamativa la compra para los usuarios.
Puede resultar una interesante herramienta de branding y potenciar las ventas a través de los hashtags que también se emplean en esta red social (para destacar tendencias o artículos de moda). En este sentido, al menos de momento, Instagram es una red social que provoca un cierto grado de adicción entre sus usuarios, con una actividad muy regular y varias visitas diarias para revisar actualizaciones y comentarios del resto de usuarios. Esto se debe a su sencillez y facilidad de uso (permitiendo incluso subir fotos rápidamente a través del smartphone).
En conclusión, puede ser una alternativa de marketing por redes sociales muy apetecible a nivel empresarial, pudiendo comenzar durante los meses de verano a promocionar los servicios de su empresa por este medio. Más aún si tenemos en cuenta que con la fusión entre esas 2 grandes redes sociales (Instagram y Facebook) los contenidos de cada una de ellas pueden verse compartidos y reflejados en la otra, aumentando de manera sencilla la visibilidad y repercusión de nuestras publicaciones.